Neurociencia de la interpretación de los sueños
Mark Solms |
A simple vista, parece que no pueda haber nada más alejado de la neurociencia que la interpretación de los sueños. Sin embargo, Mark Solms, psicoanalísta y neurocientífico, http://en.wikipedia.org/wiki/Mark_Solms nos demuestra en sus trabajos que esta apariencia puede ser falsa. En esta entrada revisamos alguno de los datos más interesantes que relacionan la teoría freudiana de los sueños con sus correlatos neurológicos
Para Freud los sueños
buscaban el cumplimiento de deseos. Basó esta afirmación en un método completamente
subjetivo: Recogió las asociaciones que los pacientes hacían de elementos
individuales del sueño, y a partir de ahí, infería el contenido latente del
sueño. Observó que siempre eran deseos lo que formaba el contenido latente del
sueño, a pesar de que el contenido manifiesto del sueño puede tomar muchas formas, como
pesadillas.
La diferencia entre el
contenido manifiesto y el contenido latente del sueño, llevó a Freud a inferir
un proceso a través del cual los deseos inconscientes podían ser transformados
en sueños conscientes.
En este proceso, es decir,
el trabajo del sueño, se dan los mecanismos de desplazamiento (es decir, un objeto
o persona aparece en el sueño representando a otro), condensación (en un mismo
objeto o persona hay características de distintos objetos y personas de la vida
real) y regresión (tanto a momentos anteriores de la vida, como de pensamiento
abstracto a imágenes).
¿Por qué pensó Freud que
la mente funcionaba de esta manera? Ofreció un conjunto de hipótesis. La mente
del durmiente esta desconectada del mundo exterior, pero no de las pulsiones,
que durante el sueño no están constreñidas por la realidad externa. Las
acciones dirigidas a metas son incompatibles con el sueño, por lo que estas
motivaciones que se activan durante el sueño, no pueden ser satisfechas a
través de la actividad motora. Por lo tanto, durante el sueño, uno se imagina
(o alucina) que cumple esos impulsos o deseos. Es por lo que para Freud, los
sueños eran los guardianes del sueño.
Sin embargo, la
imaginación sin restricciones de la mente dormida puede perturbar el sueño, y
generar ansiedad, por lo que el proceso
de la elaboración onírica, esta sesgado en favor de los elementos figurativos y
narrativas más aceptables. Este sesgo es la autocensura de la mente. En la
medida en que la censura no logra disfrazar los pensamientos perturbadores
adecuadamente, el proceso falla y el soñador despierta (por lo general a partir
de un sueño de angustia).
Aserinsky y Kleitman
descubrieron en 1953 la fase REM de sueño. Estado paradójico, en el que estamos
muy activados, pero profundamente dormidos. Ocurre cada 90 minutos, con
regularidad monótonamente.
Dement y Kleitman
publicaron que el 80% de las personas que se despertaban en esta fase estaban
soñando, mientras solo un 10% de los que se despertaban en fase no-REM. De ahí
sacaron la conclusión de que la fase REM es el equivalente fisiológico del
sueño.
Como el sueño REM se
conecta y desconecta por un mecanismo localizado en la zona baja del tronco
cerebral, zona que tiene muy poco que ver con la vida mental, toda la teoría de
Freud parecía quedar desmentida a mediados de los 70.
La investigación posterior
demostró que las cosas eran un poco más complicadas que una simple ecuación
REM=sueño. Primero Foulkes y Vogel demostraron que se sueña fuera del sueño REM
más de lo que mostraban los primeros estudios. El 50% de los que se despertaron
en fase no-REM estaban soñando, y el 20% eran sueños indistinguibles de la fase
REM.
Además, los trabajos de Antrobus,
entre otros (1991) revelaron que la ocurrencia del sueño correlacionaba con el
nivel de activación. Es decir, la activación del cerebro durante el sueño
(independientemente de la fase) dispara el sueño.
En tercer lugar, los
mecanismos cerebrales del sueño no son los mismos que los de la fase REM. Daños
cerebrales en las zonas involucradas en el sueño REM no provocan el cese de
sueños, y daños cerebrales que causan el cese de sueños tampoco provocan la
desaparición del sueño REM.
Los mecanismos del sueño
no pueden ser reducidos a simple activación cerebral. La activación dispara
procesos, con una compleja organización interna. Diversos estudios (Braun et
al., 1997; Maquet et al., 1996; Nofzinger et al., 1997; Solms,
1997) han revelado que el sueño requiere la activación de los mecanismos
cerebrales responsables de las conductas instintivas, emoción, memoria a largo
plazo y percepción visual, con una desconexión simultanea de los mecanismos
responsables del contacto con la realidad y la actividad dirigida a metas.
Parece que los mecanismos emocionales e instintivos inician el proceso del
sueño, y que el contenido manifiesto del sueño es la culminación de un proceso
de proyección hacia atrás (regresión) sobre las estructuras perceptivas en la
zona posterior del cerebro. Estos descubrimientos son compatibles con las ideas
de Freud en muchos aspectos.
Por ejemplo, los sueños
desaparecen si se daña el “sistema de búsqueda”, de Panksepp, que conecta el
mesencéfalo con el sistema límbico y el lóbulo frontal. Este sistema promueve
las conductas destinadas a satisfacer las necesidades y deseos del organismo.
Se activa a través de distintos detectores de necesidad localizados en el
hipotálamo. Este sistema se parece mucho en su funcionamiento a la libido
freudiana, y resulta interesante que este tan involucrado en la generación de
sueños.
Los daños en esta
estructura provocan el cese total de los sueños. Además los sueños pueden ser
manipulados a través de la estimulación o inhibición de este sistema sin ningún
efecto sobre el estado REM.
En resumen, aunque es
pronto para un veredicto definitivo sobre los principios fundamentales de la
teoría freudiana, parece que en una cosa iba por el buen camino: Hay una fuerte
relación entre las estructuras cerebrales responsables del sueño, y las
responsables de las emociones y motivaciones.
Interesante trabajo.
ResponderEliminarCada vez es mas estrecha la grieta entre la clínica y la investigación, y en parte se debe al trabajo de divulgacion que llevan a cabo psicologos como usted.
Enhorabuena por el blog
Muy interesante, me gusta mucho este blog.
ResponderEliminarHola. Excelente el Blog.
ResponderEliminarParece ser que los sueños están íntimamente ligados con nuestras experiencias y sucesos. Ahora comprendo mejor por qué es tan importante el sueño reparador en el que se hace tanto hicapié por los profesionales de la salud, finalmente nuestro cerebro requiere repararse para mantenernos funcionando.
Buena aportación, saludos!
Excelente trabajo amo la psicología!!! espero algun día trabajar en alguna investigación relacionada con los sueños!!!! me encantaría Saludos.
ResponderEliminarDesde http://www.neurosan.es nos ha encantado este artículo!!!
ResponderEliminarMuy bueno. Sería de gran utilidad una bibliografía para permitir citas y evitar malentendidos
ResponderEliminarBuenos días, Santiago
EliminarMe alegro de que te guste.
Aunque no hay un apartado de bibliografía, a lo largo del artículo si están los nombres de los autores, para quien quiera profundizar más en el tema.
Muchas gracias por leer y comentar.
Un saludo.