Como la relación con los demás puede regular nuestra autoestima


Nos relacionamos con los demás por muchos motivos, entre otras cosas porque estamos diseñados para relacionarnos, y uno de estos motivos es la regulación de la autoestima. La pregunta es: ¿Cómo una relación con otra persona puede afectar a mi autoestima? Veamos tres maneras en las que esto se puede producir:



1.      Cuando necesitamos a la persona para poder realizar una actividad que nos hace sentir valiosos. Esta función es la que Hugo Bleichmar denomina objeto de la actividad narcisista. Pensemos por ejemplo en una persona que es un gran jugador de ajedrez, y para quien esta actividad es una gran fuente de autoestima. Esta persona necesita alguien para jugar al ajedrez, por ello es posible que pueda relacionarse con alguien solamente porque es un buen contrincante. Esta segunda persona puede no ser importante como ser individual, pero tiene un valor para el mantenimiento de la autoestima.
2.      Otra manera en la que la relación con alguien puede contribuir a mantener la autoestima es la que el mismo Bleichmar define como posesión narcisista del self. Esto es lo que sucede cuando nos sentimos valiosos en función de una persona que nosotros consideramos valiosa. Es como si a través de la relación, la valía de esta persona fuera de alguna manera nuestra. Pensemos en un hombre que tiene una relación con una mujer extraordinariamente atractiva. En otros aspectos la relación puede ir mal (pueden discutir, ser incompatibles para la convivencia, o tener problemas con la sexualidad), pero cuando sale con ella a la calle, se siente valioso porque es el hombre que tiene una relación con esta persona tan atractiva. En este caso, lo que se valora en la relación no es a la persona, sino un atributo concreto de esa persona que la hace socialmente valiosa.
3.      Objeto de la denigración. Hay un dicho popular que dice que el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio. Hay personas que utilizan la relación con el otro porque le permite culpar a este otro de sus fracasos. Así a estar personas podemos oírlas decir:"Si no fuera porque me casé con este hombre tan cobarde yo habría montado un negocio, y me habría hecho rica". De esta manera, una vez que el otro es el causante de todos los fracasos, la autoestima sale reforzada, ya que la persona puede sentir que tiene mucho potencial, pero que la relación con el otro la ha frenado.
En la psicoterapia con las personas que utilizan de esta manera la relación con los demás, nos centramos en intentar entender, por un lado como se está produciendo esta utilización, y por otro, mucho más importante, intentamos trabajar sobre el sufrimiento a nivel de autoestima que les obliga a tener que compensar el déficit de autoestima de esta manera.

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